Cinco verdades y mentiras sobre el alquiler turístico
By Alquilair
Llega el verano y con él los turistas, los alquileres vacacionales y, sí, también las noticias de cierto tono amarillista sobre el sector. Los medios se llenan de artículos, de datos sobre una supuesta economía sumergida y de historias de “piratas” que ganan una fortuna con pisos. En definitiva, lo que los titulares vienen a describir como la cara oculta del alquiler vacacional. Pero, ¿qué hay de cierto en todo ello?
En Alquilair apostamos por una actividad legal y profesional, por eso queremos desmontar este tipo de noticias. Vamos a repasar las cinco verdades y mentiras sobre el alquiler turístico.
Verdades y mentiras del alquiler vacacional
Mentira 1: Es ilegal
Muchas publicaciones señalan que el alquiler vacacional es una actividad que carece de ley. Puede ser cierto en el sentido de que carece de una ley específica de ámbito nacional, pero eso no significa que el alquiler de viviendas turísticas carezcan de un marco legislativo.
Actualmente los contratos de alquiler vacacional se rigen según la Ley de Arrendamiento Urbano (LAU). La Constitución Española otorga a las comunidades autónomas competencias en turismo, así que son ellas las que regulan directamente el mercado del alquiler vacacional. Por lo tanto, no es verdad que sea una actividad ilegal. De hecho, en Alquilair ya hemos explicado cómo alquilar una vivienda en Palma legalmente.
Mentira 2: Genera una burbuja inmobiliaria
Uno de los argumentos que más se esgrime en contra del alquiler de viviendas turísticas es que genera una burbuja inmobiliaria, haciendo que los precios se incrementen. Hace unos días así lo anunciaba el Ayuntamiento de Palma en unas declaraciones polémicas. Pero culpar a los pisos turísticos de una posible inflación en el precio del alquiler y venta en el sector inmobiliario es simplificar la cuestión. En el sector inmobiliario actúan distintas variables, la vivienda vacacional solo es una más.
El problema es estructural: Históricamente ha faltado vivienda nueva así como opciones de tenencia. Igualmente, la crisis redujo drásticamente el stock de vivienda lo cual altera la curva de la oferta y de la demanda.
Mentira 3: Provoca masificación turística
La masificación es otro de los problemas que se señala provocados por al alquiler vacacional; pero, en todo caso, ¿no son culpables de masificación los cruceros? ¿Y qué pasa con el turismo low cost? Y tantos otros aspectos que inciden en la afluencia del turismo.
La oferta de vivienda vacacional no provoca masificación turística; justo al contrario, democratiza el turismo y amplía la oferta. Además, son muchos los expertos que destacan que el alquiler de este tipo de viviendas ayuda a la desestacionalización turística.
Mentira 4: No es un sector profesional
Igual que se señala que no hay una ley que normalice la actividad, también se denuncia que las personas que se encargan del alquiler turístico no tienen una formación eficaz y que, por tanto, hay mucho intrusismo en el sector.
Es cierto que no hay una carrera académica para gestores de alquiler vacacional, igual que no la hay para administradores de ningún tipo en el sector inmobiliario, pero no tiene que ser una falta. En Alquilair hemos insistido muchas veces en los requisitos que debe poseer un gestor profesional de apartamentos turísticos.
Mentira 5: Todo es un fraude
Esta mentira la dejamos en última posición porque es totalmente falsa. Al contrario, las administraciones cada día están más pendientes de los alquileres vacacionales, Hacienda ha puesto la lupa y las distintas comunidades comienzan a redactar normas de control. Lejos de ser un problema para el sector, se trata de una actuación imprescindible para ganar profesionalización.
Además, no olvidemos el máximo control posible: el del cliente. Un cliente descontento puede hacer más daño que una buena campaña de marketing. No hay espacio para el fraude si quieres comercializar tu vivienda. Y, en todo, caso, no habrá más fraude que en cualquier otra actividad.
¿Necesitas ayuda con la gestión de tu vivienda vacacional? ¡Consúltanos!