La crisis de las reclamaciones falsas del turismo
En el rótulo de una furgoneta pintada en un color amarillo estridente se lee Claims clinic (demandas clínicas). La furgoneta se encuentra estacionada frente a la puerta de un establecimiento hotelero, de esos de todo incluido que suelen despertar la admiración de los turistas británicos con sus bufetes de comida rebosante de platos.
No nos lo estamos inventando. Es real, está ocurriendo y ha provocado la crisis de las reclamaciones gástricas. Se trata de un agujero en la cuentas de los hoteleros de la islas de hasta 50 millones al año por demandas falsas, más de lo que recauda en un año la ecotasa.
El año pasado, se alcanzó la desorbitada cifra de 10.000 reclamaciones contra hoteles recibidas solo por un turoperador británico. Más que un problema, se trata de toda una crisis. Así lo reconocen tanto la Embajada de España en Londres como la Consejería de Turismo en el Reino Unido.
Los hoteleros totalmente indefensos a la estafa gástrica
Los clientes que defraudan son británicos que incluso son captados por abogados especialistas en demandas que llegan hasta las islas en periodos de vacaciones. Hay despachos británicos que se dedican tan solo a este tipo de demandas médicas. Pero, ¿cómo lo hacen? ¿Cómo logran sus vacaciones gratuitas en Mallorca?
El turista presenta una reclamación contra el turoperador británico al que contrató sus vacaciones. Éste acepta la petición directamente para evitarse las altísimas costas procesales que hay en la justicia del país. Luego el turoperador le pasa el problema al hotelero con el que había firmado una cláusula de responsabilidad impuesta por defecto.
Solo hace falta una prueba: un comprobante de pago en una farmacia de Amodium, un medicamento que no precisa receta. Aquí comienza la estafa por falsa intoxicación en Mallorca. Luego basta con algún informe médico, muchas veces hechos meses después, el demandante tiene hasta cinco años para considerar su demanda, y se reclama ante la justicia inglesa. Según la justicia británica, el agente de viajes está obligado a demostrar que realmente no hubo daños por esa intoxicación alimentaria ficticia.
De momento, el problema se limita generalmente a los hoteles con precio de todo incluido. ¿Por qué? Porque en los hoteles de media pensión, en los que hay comidas no incluidas, es mucho más complicado demostrar que el hotel es el culpable de la intoxicación alimentaria.
El consejero en la Oficina de Turismo en Londres dejó entender a los hoteleros que tal vez sea momento de encontrar alternativas al turista británico porque no se vislumbra una solución a corto plazo. Entonces, ¿dejarán de llegar los turistas británicos? Recordemos que con 2.332.938 turistas británicos que visitaron Mallorca durante 2016, suponen el segundo mercado más importante en las islas, solo por detrás del alemán.
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